domingo, 25 de abril de 2010

Plan de acción

Tenían tiempo libre para caminar sin rumbo por un buen rato, nadie los esperaba y podían darse el lujo de ir por ahí, viendo, paseando y conversando unos con los otros. Era tarde, pero tampoco se regían por horas, sólo sabían que la noche había llegado hace unos momentos.

Antonio y sus amigos habían ido al centro de la ciudad para conocer un poco más y abrir su panorama; hace unos días que salieron de su típica rutina, de la monotonía de diario, todos en un autobús habían emprendido uno de esos inolvidables viajes que dejan huella, más que en la mente, en el corazón.

En lo que llevaba del día, se habían divertido tanto, hicieron esa tarde muchas cosas; estuvieron comprando recuerdos del lugar, en especial aretes, pulseras y collares de ámbar, pues en las calles no faltaba quien les vendiera un souvenir hecho con ese material, era típico de por allá.
Algunas de sus amigas regateaban por un descuento, “ya por mayoreo” le decían a la vendedora, mientras los demás compraban dulces o refrescos en la tienda, pasando la calle.

Comenzaron de nuevo a caminar, habían estado dando vueltas por el parque, el que a todos les había encantado al ver que en el centro, las luces iluminaban un kiosko que encajaba perfectamente con la tranquilidad y la belleza de la noche.

- Oye- le dijo Antonio a Sofía para llamar su atención- qué genial ha sido hoy ¿no?
-¡Sí¡ Y he comprado como extasiada. Este viaje pinta mejor de lo que hubiera imaginado.
-Si, todo es perfecto. Bueno, sería perfecto si…tú sabes –dijo un tanto afligido.
-¡Ay Toño! Ni siquiera había pensado en ello. ¿Vas a hacer algo esta noche?
-No lo sé, quizá no. ¿Para qué? Si ya sabemos la respuesta.
-¡Vamos hombre! No seas pesimista-hizo una pausa- Además, mira el cielo, está hermoso, lleno de estrellas. Apuesto a que nunca lo habías visto así.
-Tienes razón –suspiró –pero ni aunque el cielo empezara a caerse…
- ¡Qué dramático me saliste!- le interrumpió- mira, podemos hacer un plan entre todos, creo que Vanessa se quedó en la nevería comprando un helado.
-¿Entre todos? No sería mejor…-A ver muchachos...-empezó Sofía a decirles a los demás, sin ni siquiera dejar replicar a Antonio- …denme ideas para que Vanessa y Toño, no lo sé, se queden solos un rato. Aquí mi amigo no se arma de valor y necesita nuestra ayuda-dijo mientras lo señalaba.
-¿Qué les parece esto? A la cuenta de tres todos corremos –comentó André- claro, excepto tú. Lo que pase después ya va por tu cuenta.
-¡No! Ese es el peor plan que he oído en toda mi vida.
-Claro que no, es original- dijo Sofía con una sonrisa en el rostro- y tal vez funcione.
-¡No! Un tal vez nunca funciona.
-No seas nena y diviértete un poco.
-Me divertiría si estuviera en tu lugar.
-Miren, ahí viene Vanessa- les informó Arturo, otro de sus amigos, haciendo que todos voltearan hacia donde ella estaba.
-¿Listo Toño? A la cuenta de tres…
-No se atreverían…
-No me subestimes- le dijo Sofía entre risas- Una…Dos…
-¡No!
-..Tres ¡Corran! -gritó Sofía.

En ese momento, todos salieron disparados, mientas que Antonio se quedó parado en el mismo lugar, sin creer siquiera lo que había ocurrido. Incluso parecía que estaba jugando a las Atrapadas, o al menos eso creyó Vanessa cuando vio a sus amigos y empezó a correr detrás de ellos para alcanzarlos.

Dedico esta historia a mis amigos.
Todos pensamos que algún día veríamos nuestras lágrimas y nos reíriamos, pero nunca imaginamos que al recordar esas risas nos darían ganas de llorar.

Enrique R

2 comentarios:

Alex dijo...

Dios con el empeño que pone la gente en que uno llore!

Anónimo dijo...

¿Pocho? ¿Por qué no escribiste el lema de tu blog en español? Lo bueno del español es que todas las letras suenan.